Seguro que en más de una ocasión te ha parecido ver en tu querida mascota algo muy parecido a una sonrisa, pero quizás pensemos que este tipo de gestos son exclusivos de las personas.
Lo cierto es, según indican los expertos, que los animales también ríen. Un perro no sólo es capaz de ponerse contento, demostrándolo con enérgicos movimientos de su cola. El can, además, sabe y puede lucir su peculiar sonrisa.
El científico Konrad Lorenz, fue uno de los primeros en identificar mediante estudios este hecho. Descubrió la risa del can en su libro “El hombre conoce al perro” (Man Meets Dog, Routledge, 2002). Este científico decía que “al sonreír, el perro abre de forma ligera sus fauces y enseña un poco su lengua”.
Según indica el profesor Nicholas Dodman de la Escuela Cummings de Medicina Veterinaria, perteneciente a la Universidad Tufts, Massachusetts, es posible que los animales no sólo sientan emociones “primarias”, aquellas como miedo, ira, tristeza y felicidad, sino también emociones “secundarias”, vergüenza y celos, pudiendo estos incluso, llegar a transmitirlas.
El gesto de sonrisa del perro es muy parecido a la producida por la cara de una persona cuando está feliz.
Mediante el estudio de la expresión facial de los animales, especialmente de los perros, se puede ver la curvatura que pertenece a una sonrisa, un hecho bastante difícil de identificar en los gatos, debido a que su boca es curva y es extremadamente complicado identificar si realmente lo que pretenden es sonreír. Pero sí se puede afirmar que, al igual que los perros, son susceptibles de experimentar y comunicar emociones y sentimientos.
El estudio también señala que no sólo los perros o los gatos son capaces de demostrar emociones, ya que por ejemplo, los chimpancés pueden reflejar en sus expresiones deseo de jugar.
Knoxville Gordon, profesor de Psicología de la Universidad de Tennessee, comprobó que las tortugas juegan, y que los animales no mamíferos también son capaces de disfrutar del juego.
Podemos decir, que aunque no todos los especialistas e investigadores afirman este hecho de manera absoluta, son mayoría aquellos que opinan que la evolución en los animales los ha llevado a poder experimentar una amplia gama de sentimientos, lo que incluye el hecho de sonreír, en respuesta a algún estímulo.